Sector microfinanciero nacional atiende 16% del mercado potencial

Aunque el crecimiento durante el 2013 fue positivo, los retos legales, económicos y operativos para bancarizar a los empresarios populares dificultan el desarrollo del sector

Gitanjali Wolfermann @GitiW

Por séptimo año consecutivo, la Unidad de Inteligencia del grupo The Economist, en alianza con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Centro para la Inclusión Social (Acción),  publicó su evaluación del sector microfinanciero a nivel mundial. 

El ranking 2013, que tomó en consideración variables como el marco regulatorio nacional, el marco institucional de apoyo y la estabilidad política, ubica a Venezuela en el puesto 53 de 55 países. 

Destaca del estudio que 5 países de la región conforman el Top 10. Con Perú a la cabeza del ranking mundial por sexto año consecutivo, se encuentran Bolivia –segundo lugar-, Colombia –séptimo puesto-, El Salvador y República Dominicana en el octavo y décimo lugar respectivamente. 

El desarrollo sostenido del sector microfinanciero de Perú obedece a factores concretos. De acuerdo al informe, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP –ente regulador de las microfinanzas- ha implementado normas para crear un mercado imparcial, competitivo y transparente.  

Resalta igualmente que el país andino no tiene tope en las tasas de interés, y el hecho de que aunque las barreras para el ingreso son relativamente bajas, la estructura de supervisión y la existencia de centrales de riesgo eficientes, contribuyen a promover una actividad rentable y competitiva. Como consecuencia, 5 nuevas instituciones microfinancieras se sumaron a la oferta nacional en el 2012. 

En contraste, el informe señala que a pesar de que Venezuela cuenta con una ley que promueve el sector del microcrédito, este sigue siendo relativamente pequeño debido a limitaciones y ambigüedades en el marco regulatorio y operativo, además de la existencia de múltiples distorsiones económicas y políticas.

El vaso medio lleno

Juan Uslar Gathmann, presidente de Bangente, apunta que si bien no existe data firme, estimaciones dan cuenta de que el mercado potencial del sector microfinanciero nacional, vale decir, créditos productivos dirigidos primordialmente a población no bancarizada, perteneciente en su mayoría a los estratos D-E, asciende a 2.000.000 de personas. 

Combinando las carteras de las dos instituciones bancarias dedicadas exclusivamente a atender a este sector, a saber, Bangente y Banca Comunitaria, creadas respectivamente por iniciativas de Bancaribe y Banesco, cubren aproximadamente 16% del mercado potencial. 

A juicio de Eylin Guzmán, vicepresidente de Banca Comunitaria, esto envía un mensaje inequívoco al sector bancario: hay una oportunidad de mercado y de impacto social muy grande.

De acuerdo a indicadores de Sudeban –Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario-, al cierre del 2013 el total de créditos al sector microempresarial se ubicó en 36.511.373 Bs. 

En ese período, Banca Comunitaria logró incrementar 159% su cartera de clientes, a la vez que redujo su índice de morosidad a 0,08%. Desde el inicio de sus operaciones en 2006, la institución ha atendido a 284.246 clientes, otorgando créditos a 185.192 microempresarios. 

Por su parte, Uslar señala que el 2013 fue un año muy positivo para la institución que preside, la cual otorgó 1.700.000.000 Bs a través de créditos y consolidó una cartera de 55.000 clientes. Destacó que la morosidad representa 0,35% y que la rentabilidad de Bangente está por encima de 60% de ROE y 5,70 de ROA.

A nivel mundial, la tendencia también fue positiva para las microfinanzas. Datos de la organización Acción revelan que 2.300.000 personas accedieron a microcréditos durante el 2012, con una tasa de reembolso que promedia 97%. En total, estiman que el universo de prestatarios asciende a 6.000.000 de microempresarios, que a su vez impactan directamente en la vida de 30.000.000 de familiares y empleados.

Capitalismo popular: peluches, avances y dueños 

Para ambas instituciones, el sector transporte –principalmente refacciones y compra de vehículos de segunda mano para el servicio de transporte público-, representa en bolívares casi la mitad de sus carteras, aunque en términos de participación la proporción sea mucho menor. En el caso de Banca Comunitaria, el sector abarca 20% de su cartera.

Versión impresa de la revista Gerente edición 306

Uslar –quien señala como un punto de honor que Bangente conoce en profundidad a todos sus clientes- destaca que la fortaleza de este sector reside en su alto grado de organización y responsabilidad. 

“Hay un patrón de carrera, una especie de capitalismo popular dentro de ese sector: la gente comienza siendo el peluche, esto es, quien cobra el pasaje dentro de la unidad de transporte. De ahí progresan a avance, que es quien conduce la unidad. Con el tiempo, piden un cupo en la cooperativa para convertirse en dueños de una unidad. Nuestra misión es apoyarlos en esa progresión”.

Las bodegas populares y quioscos, así como la venta de comida y ropa, representan el resto de los sectores que suelen beneficiarse de los microcréditos otorgados. Sin embargo, Uslar argumenta este sector se ha visto afectado por problemas de suministro, y por la disminución del poder de compra.

“A veces nos acusan de no financiar más producción, pero nosotros sólo podemos financiar lo que hay. La producción desapareció hace mucho tiempo, aún en el mundo informal”, afirma Uslar.   

Rentable, pero 5 veces más costosa

El presidente de Bangente señala que un banco promedio en Venezuela tiene gastos de transformación, derivados de la suma de los gastos operativos y de personal, divididos entre el activo total promedio que maneja en un período, que oscilan entre 3% y 8%. “Nosotros, con todo lo eficientes que podemos ser, tenemos 19%, es decir, nuestra operación es 5 veces más costosa”.

A pesar de los costos, la vicepresidente de Banca Comunitaria afirma que la idea de que el sector microfinanciero no es sustentable es un paradigma que poco a poco, se ha ido superando. “Creo que el sector bancario está entendiendo que el nuestro es un negocio rentable, y cada vez hay más apertura hacia el microcrédito como una oportunidad real de inversión y de impacto social”. 

El informe de The Economist refleja que en efecto, el costo de llegar a los clientes target de las microfinanzas es todo un reto. No obstante, las instituciones bancarias han desarrollado métodos cada vez más eficientes a nivel operativo apoyados por una parte, en la adaptación de  tecnologías de banca móvil, y por otra, en la relación directa con las comunidades a través de agentes. 

“Nuestro crecimiento se debe a que aplicamos nuestro lema: El banco viene a ti”, señala Guzmán. Para ello, afirma que en promedio cada agencia cuenta con 8 asesores, que visitan las comunidades para dar a conocer los productos de Banca Comunitaria y para atender, personalmente, cada gestión desde el inicio de la relación. 

Uslar añade que el servicio personalizado, además de ser necesario para el trabajo con un sector en esencia informal, es prácticamente indispensable para mitigar el riesgo asociado al crédito. “No podemos analizar la información de cada cliente sin visitar su casa, conocer cómo maneja su negocio y hablar con la familia y amigos para conocer el perfil moral de cada prestatario”. 

Servicios: dos de cuatro

De acuerdo a estándares internacionales, el sector microfinanciero se afianza sobre cuatro pilares: microcrédito, microahorro, microseguro y remesas. “En Venezuela, por regulaciones legales, sólo cubrimos las dos primeras bases”, apunta Uslar. 

Agrega que el empresario popular tiene muchas necesidades, siendo una de ellas el crédito, pero también educación financiera y tener acceso a un seguro. “Un siniestro en sus unidades de trabajo es una verdadera tragedia para un sector tan vulnerable”. 

Entre los productos financieros de Bangente se encuentra el Crédito Mancomunado –otorgado a un grupo de personas que asumen igual responsabilidad por el préstamo-. “En nuestros inicios, este tipo de crédito representó 100% de nuestra cartera, hoy abarca 40%”. El resto de la cartera se dedica a créditos individuales. 

Por su parte, Guzmán señala que Banca Comunitaria ha tenido como norte, diseñar productos y servicios que se adapten a las necesidades reales de sus clientes. “A la fecha contamos con 160 CNB – corresponsales no bancarios- y 160 barras aliadas –instaladas en comercios dentro de las comunidades-, todo con el fin de proveer una estructura financiera que se amolde al mercado”. 

El producto bandera de Banca Comunitaria es el Crédito para Trabajar, con montos que van desde 3500 Bs y tiempos de pago que oscilan entre 3 y 60 meses. Este producto se complementa con la apertura de una Cuenta Comunitaria, y el Programa de Ahorro Paso a Paso. 

Los servicios no financieros que provee la banca de microfinanzas son una plataforma educativa tan valiosa como el apoyo económico. Los datos de Banca Comunitaria indican que desde 2008 han llegado a 4839  prestatarios a nivel nacional, a través de su Programa de Formación de Microempresarios, el cual funciona en alianza con varias organizaciones, públicas y privadas.  

Asimismo, a través de la Fundación Bangente, esta institución canaliza los esfuerzos en materia de educación financiera. Ofrece además servicios como el Abogado Solidario y el Contador Solidario, que asesoran a los empresarios populares en mejores prácticas para el manejo de sus negocios y la resolución de conflictos.

2014: 83% de margen para el crecimiento

Para hacer frente a los retos económicos y regulatorios presentes en el entorno nacional, Guzmán se apoya en la resiliencia del emprendedor venezolano. “La coyuntura del país es también una oportunidad. Nuestros clientes nos han demostrado un alto grado de responsabilidad que, aunado a la creatividad y a la capacidad de adaptación propias del venezolano, nos hacen sentir confiados en que seguiremos creciendo”. 

En el marco de su 15avo aniversario, Bangente se propone duplicar su cartera y cerrar este año con 60.000 clientes. Uslar reconoce que el entorno actual es complejo y que requerirá esfuerzo y visión estratégica para alcanzar los objetivos. “Hay muchas formas de ganar plata en la banca –admite- y esta no es la más fácil”. Cinco países de la región demuestran que aunque difícil, el reto es perfectamente superable.

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