¿El fin de los periódicos?

Gitanjali Wolfermann @GitiWç

Si hay algo que los periodistas disfrutamos es hablar sobre nuestro oficio. Bajo el influjo de esa premisa compré el libro El fin de los periódicos (Espada & Hernández Busto, 2009), cuyo compendio de ensayos intenta explicar las razones por las cuales los diarios estarían condenados a la extinción.

Resumo las principales razones esgrimidas:

Portada: El fin de los periódicos (2009)

1.- Desconfianza: según estudios de percepción, hasta 50% de los ciudadanos en el mundo dudan de la información que reciben de los medios de comunicación.

2.- Acceso a las fuentes en la era digital: el periódico ya no funge como el mediador de antaño; ahora quien desee preguntarle algo al más reputado de los economistas; o increpar a su diputado; puede hacerlo directamente a través de las redes sociales.

3.- Preferencia por el aporte de contenido de los medios digitales: frente a la potencialidad de los medios digitales –audio, video, enlaces-; el periódico luce limitado en su capacidad informativa.

4.- Pobreza de contenido: con presupuestos cada vez más limitados muchos periódicos han reducido sus plantillas de reporteros, mellando así la capacidad para realizar trabajos de investigación e interpretación. Sí, el periodismo real cuesta dinero; cortar, pegar y opinar es mucho más barato.

La contraparte: los riesgos del Fast-News

La premisa de eficiencia de muchos medios digitales dedicados a la información es que mientras más contenido, mejor. Poco importa si la nota publicada carece de pruebas confiables –o de alguna en lo absoluto-; o si el contenido publicado aporta información relevante para el ciudadano.

Nació así el infoentretenimiento, término que en uno de los ensayos se usó para definir esos contenidos que no aportan más que la posibilidad de entretener el consumidor de información.

Nuevos soportes, viejas responsabilidades

Cantidad versus calidad: el volumen de información disponible a través de los medios digitales es abrumador; sencillamente indigerible. De quedarnos solo con el consumo de fast-news puede que sepamos poco sobre muchos temas, lo que invariablemente restará tiempo para entender en profundidad los pocos temas que sí nos afectan directamente.

“Ahora que abunda la información no necesitamos tanto información nueva como ayuda a la hora de procesar la que ya está disponible”. El trabajo del reportero es crucial: la infinidad de información disponible implica una labor rigurosa de verificación y contextualización a fin de que esta cobre verdadero sentido.

Conclusión: por supuesto que es factible que el periódico, tal y como lo conocemos, desaparezca de aquí a unos años; lo que nadie cuestiona es que indistintamente del soporte –impreso o digital-, el valor de la información para una comunidad –local, nacional y global-, es inestimable. Ahora bien, si ese trabajo de búsqueda, procesamiento y difusión de la información lo seguirán desempeñando los periodistas, es materia de otra discusión.

Rescato una cita más, ya que para mí, resume el aporte del libro: “Las nuevas tecnologías no nos liberan de nuestras viejas responsabilidades”.

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