El mismo período que ha visto el cierre de medios de comunicación y la reducción de la paginación de muchos periódicos, también ha sido testigo del surgimiento de 3 medios que además de compartir la plataforma digital, se apoyan en equipos de periodistas de reconocida trayectoria
Gitanjali Wolfermann @GitiW
Oportunidad y talento: expertos en emprendimiento coinciden en que estos son los dos ingredientes indispensables para arrancar un proyecto. Si a nivel mundial se argumenta que los altos costos de los medios impresos y el crecimiento sostenido de los ingresos por pautas publicitarias digitales, favorecen el desarrollo de los medios en la plataforma web, el entorno nacional suma a las anteriores sus propias razones.
Datos del capítulo venezolano del Instituto de Prensa y Sociedad, indican que las restricciones para acceder al papel prensa, han dejado hasta la fecha diez periódicos cerrados, y llevaron a otros 30 a reducir sensiblemente su paginación, migrando buena parte del contenido a sus portales digitales.
Asimismo, los cambios de línea editorial evidenciados tras la venta del canal Globovisión y de la Cadena Capriles, dieron pie a que periodistas de larga trayectoria profesional, buscaran en los medios digitales un terreno más fértil para desarrollar trabajos de opinión, análisis e investigación.
El entorno ofrece una variable positiva: cifras de Tendencias Digitales-Datanálisis, revelan que la penetración de Internet en el país ronda unos 13.500.000 usuarios, 46 % de la población. En cuanto a la modalidad de acceso, la investigación señala que 23 % lo hace a través de dispositivos móviles. Al menos en apariencia, talento y oportunidad se dan la mano.
Tras la contundencia
Luego de 10 años de su salida de Descifrados, Juan Carlos Zapata regresa al periodismo digital con el portal KonZapata. El periodista con más de 30 años de experiencia cubriendo la fuente política, señala que el proyecto que inició a principios de junio, surgió como una necesidad ante el “vacío de información e interpretación en relación al poder, visto desde sus relaciones intrínsecas”.
Zapata sostiene que el proyecto, más que ir tras tubazos, va en pos de la contundencia. “Es imposible pretender en este momento ser un medio para dar tubazos, ya que es difícil competir con la inmediatez con la que circula la información, de ahí que para nosotros lo más importante sea la contundencia en la interpretación: un dato por sí solo no dice nada, hay que contextualizarlo, entender sus causas y sus posibles repercusiones”.
La tarea de interpretar no la emprende solo. El equipo de KonZapata cuenta con más de una decena de periodistas y analistas entre los que se encuentra Elizabeth Fuentes –quien junto a Zapata dirige el proyecto-, Milagros Socorro, Gloria Bastidas, César Morillo y Arráiz Lucca. “Todo el equipo está guiado por un agudo criterio para el análisis político, no nos interesa la declaración por la declaración”, afirma Zapata.
Entre los atributos del portal, su director destaca que busca hacer benchmarking con propuestas gráficas vistas en medios internacionales. “Evaluamos el uso de las ilustraciones, que suelen emplearse más en medios impresos, y las adaptamos al medio digital de la mano de las caricaturistas Rayma Suprani y Camila de la Fuente”.
El valor de la segmentación
Zapata señala no buscan ser un medio masivo, sino ofrecer información en profundidad a un público especializado. En este proyecto, retoma el modelo de negocio que le dio resultados positivos en el pasado.
“Siempre me he preguntado por qué los medios no ganan más por subscripciones. Creo que hay un segmento –banqueros, políticos, empresarios- dispuesto a pagar porque necesita tomar decisiones para las que requiere de información específica”, afirma al tiempo que comenta que en el primer mes se han subscrito más de 60 usuarios.
KonZapata cuenta con un área de acceso libre donde se publican entre 10 y 12 trabajos diarios, y otra área privada, llamada Konfidenciales, donde acceden los subscriptores para leer trabajos especiales de investigación.
“El futuro del periodismo pasa por entender bien qué le interesa al lector, olfato que se valida inmediatamente con las métricas. Creo que aunque cambien las plataformas, hay algo que no podrá ser remplazado: la credibilidad que genera un buen contenido y una titulación acertada”, concluye Zapata.
Hacia el periodismo en red
Ya en 1999, el periodista de origen Catalán Quim Gil, había acuñado el término periodismo en red para diferenciarlo del periodismo en línea. Gil, quien comenzó como periodista deportivo y actualmente forma parte de la Fundación Wikimedia, argumentó que mientras el segundo término implica el traslado de los usos del periodismo impreso al digital sin ninguna modificación, el primero sí propone una ruptura con los contenidos lineales y unidireccionales, mediante una serie de cambios respecto a las rutinas tradicionales del periodismo.

Tal es el reto que se ha planteado el equipo de Contrapunto, que busca convertirse en la primera red social de noticias de Latinoamérica. Explica Leo Felipe Campos, editor del proyecto quien también proviene de la fuente deportiva –coordinó la unidad de fútbol del diario Líder de la Cadena Capriles -, que quieren que la participación de los usuarios vaya más allá del comentario en cada nota.
“El ADN de Contrapunto es digital. Nos proponemos que la discusión de nuestros usuarios sobre los temas de actualidad migre a nuestra plataforma social, es nuestra apuesta para mantener una conversación permanente con ellos”. Agrega Campos que esa es la estrategia para lograr el objetivo de la nueva red: generar debate.
“Hay una gran necesidad de información que está llevando a los ciudadanos a las plataformas digitales, pero esa información debe buscar la pluralidad. Para generar debate no puede haber invisibilidad de ningún sector”, apunta Campos.
La plataforma, que está activa desde principios de julio, cuenta con un equipo de más de 40 periodistas que crean contenido propio para las 9 secciones que componen la propuesta editorial. Campos puntualiza que para lograr que los opuestos se unan –lema del medio-, conformaron un equipo de trabajo heterogéneo, con periodistas que vienen de experiencias en empresas privadas y públicas.
En blanco y negro
La búsqueda de un tratamiento de la información más arriesgado los llevó a realizar una crónica del entierro de los hermanos Balza, asesinados en el Hospital Clínico Universitario, apoyándose en fotografías en blanco y negro. “Para hacer benchmarking con medios internacionales tenemos que arriesgar en nuestras apuestas, pensar el contenido en función de la plataforma digital”, agrega que la cobertura de esa noticia reportó 13.000 vistas a la página.
El proyecto que preside Pavel Seigel –VP Ejecutivo de Nölck-, ya cuenta con el apoyo publicitario de empresas privadas como Toyota, Digitel, Bancaribe, Locatel y Seguros Los Andes. “Aunque los anunciantes están acostumbrados al papel, el periodismo digital les ofrece una gran ventaja: es 100 % auditable y podemos demostrar, en blanco y negro, el alcance que realmente logramos. El cambio en el periodismo ya se dio, y nosotros somos un nodo en esa red”, afirma Campos.
El poder y sus conexiones
El 3 de mayo –Día Mundial de la Libertad de Prensa- vio la luz el capítulo venezolano de la plataforma colaborativa de periodismo de datos, Poderopedia. El proyecto, fundado y dirigido por el periodista chileno Miguel Paz, fue uno de los 16 galardonados en 2011 con el Knight News Challenge, de la Fundación Knight.
Paz explica que el proyecto sin fines de lucro se apalanca en una base de datos multimedia, que permite recopilar información sobre personajes influyentes de la vida política y empresarial, y mostrar a través de un mapa, la red de conexiones de cada uno. “Es un proyecto de alcance internacional que busca promover la transparencia, exponer conflictos de intereses y fomentar una democracia más sana”.
Los recortes de presupuesto de los medios impresos que ha afectado principalmente el sostenimiento del departamento de documentación, está entre las razones que motivó el surgimiento de Poderopedia. “El periodismo de investigación requiere de datos verificados. Por ejemplo, en el contexto venezolano saber quién es el dueño de un medio de comunicación y cuáles sus conexiones, es una información indispensable para realizar un análisis”, argumenta Paz.
César Batiz, periodista que coordinó la Unidad de Investigación de la Cadena Capriles, es el editor del capítulo nacional. Indica que mientras en Chile hay políticas de acceso a la información bastante progresistas, en Venezuela “existe una política de Estado para no ser transparentes”.
Batiz precisa que el objetivo de Poderopedia es justamente: “Llenar el vacío de información sobre quiénes detentan el poder en un país acostumbrado a la opacidad de la información”. Señala que la página principal del portal destaca los 4 perfiles más consultados de cada día.
Al cierre de esta edición, los personajes más buscados fueron Jesús Abreu Anselmi, Nicolás Maduro Guerra –perfil que replicó ese día el diario Tal Cual-, Julio Borges y Ramón José Medina.
Información que vale oro
En referencia al periodismo en el entorno venezolano, Paz sostiene que este momento presenta un escenario ideal. “La información y la forma de difundirla ya no son un monopolio de las personas que tienen grandes volúmenes de dinero. Con un computador y un equipo con buena estrategia y mucha creatividad se puede crear un medio. Lo que ahora se ve como una crisis, puede ser una gran oportunidad”.
Batiz coincide en que frente a las dificultades operativas de los medios de comunicación tradicionales, las iniciativas de periodismo digital que están surgiendo en el país son el camino para ofrecerle al ciudadano la información que necesita conocer. Añade una ventaja adicional: una operación más manejable en términos económicos, se traduce en mayor independencia editorial.
“Creemos en el trabajo que hacemos, en la importancia de la labor de minería y verificación de cada dato que ofrecemos. Sin verificación no publicamos nada. Ciertamente atravesamos un momento complejo, pero el periodista se hizo para las dificultades. Es así como crece”, concluye Batiz.